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miércoles, 8 de agosto de 2018

CRÓNICA DE UNA MAGNÍFICA FIESTA

CRÓNICA DE UNA MAGNÍFICA FIESTA


LOS MÚSICOS Y DANZARINES DE LA PAZ

Desde Tánger nos vino la paz en forma de dignidad, adornada por ritmos que se pierden en el fondo del alma africana. Crótalos que vieron libiofénices, griegos y romanos, atambores para significar el latido del corazón ardiente de los grandes desiertos, ese océano de fuego y arena surcado por las caravanas, alguna cuerda tensada por sabias y honradas manos, y amor por el propio pasado, en forma de danza y grito, entre festivo y angustiado, de percusiones inauditas, bellísimas, evocadoras. Dar Gnawa, nunca os olvidaremos, porque tal vez, Inch Allah, habéis vuelto, sin saberlo, a beber de la fuente de alguno de aquellos antepasados que fundaron este pueblo, los Banu-l Hawariyya, que luego marcharon a Tánger, ahora vuestra casa.Salam, y volved, amigos.

LA SAUNA

En el ilusorio intento de paliar la calor, alguien dispuso, con toda su buena voluntad, que un toldo de material plástico, diáfano, ensombreciera la Plaza. El caso es que sol no entra, no, pero sus rayos achicharran la tela, sus efectos la traspasan, y lo que debía ser espacio de sombra amable se ha tornado en invernadero donde, atrapado el calor del suelo por la falsa vela, rebota con toda su fuerza en calorías despiadadas, presas y recalentadas sin cesar, que producen al ingenuo inquilino del recinto terribles sofocos. Déjese en paz al aire, caliente ya de por sí, o colóquense puntualmente sombrillas donde se requiera (son más baratas y fáciles de instalar), y que la gente se refugie donde le plazca, al albur de la brisa cuando sople y de la calor propia del verano y de la fiesta.

DE TRIANA, SAHUMERIOS Y NEFERTITI

La última noche nos reservaba la sorpresa de un grupo musical, bueno, bueno, con una singularísima puesta en escena que pasaba por el humor, la improvisación y una suerte de escenografía que podía incluir tanto salmodias y coreografías en una especie de“gregoriano-pop”, como la presencia del dios Anubis en su forma de chacal, y la danza de una especie de Nefertiti, la bella egipcia que desposara el Akhenaton, el faraón hereje. Luegohomenajearon al mítico grupo Triana, con una fidelidad tal que hicieron llorar a los viejos corazones que conocieron a Jesús de la Rosa y su hueste, allá por los finales 70. Con Sentimiento de amor, Abre la puerta, niña, pues con Tu frialdad, Sé de un lugar, donde el Señor Troncoso habita con los Hijos del agobio. Estremecedor.

DESPEDIDA

La Fiesta de moros y Cristianos resultó bellísima en colorido, casi perfecta en su puesta en escena, convincente en la interpretación. El colofón fue la emotiva despedida de Beatriz y Cris, que dejan sus papeles. Bea nos enervaba siempre con su energía desbordante cuando impele al Alcalde a atacar a “esos moros insensatos”, Cris ha sido desde el comienzo el punto y final de la tragedia del desarraigo de los mudéjares de la Sierra. Nadie como él supo transmitirnos el dolor del abandono y del exilio, hasta el punto de que su nombre ficticio Al Xamais irá con él para siempre, como su alberca y sus bancales de mandarinos, allá en las laderas de Jemáez. Como dijo quien esto escribe, imitando al rey Faisal cuando despedía y daba las gracias al coronel Lawrence allá por 1918, “nuestro pueblo ha contraído con vosotros una deuda impagable”.

De vuestro cronista, José Antonio Castillo, agosto de 2018.